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La solución para evitar la quiebra de distintas autopistas españolas, entre ellas las radiales de Madrid, es política. Lo dicen las concesionarias y lo saben los bancos, quienes meten presión al Gobierno en la recta final de la legislatura para que orqueste mecanismos de compensación a largo plazo que mitiguen la falta de tráfico y, por tanto, de ingresos en esas infraestructuras.

El caso de la actual refinanciación de deuda de la radial 4, operada por Ferrovial, tiene en vilo a todo el sector de las infraestructuras. La escasa información que trasciende habla de una negociación agónica entre concesionaria y acreedores.

Controlada por el grupo de la familia Del Pino, y con Sacyr y Caja Castilla La Mancha en su capital, la concesionaria Inversora de Autopistas del Sur obtuvo en enero una prórroga de seis meses para refinanciar una deuda de 553 millones con un grupo de 29 bancos. El plazo finalizó el 27 de julio sin un pacto cerrado.

La solución intermedia, para evitar la entrada en concurso de acreedores de la primera autopista en España, ha sido la firma de un standstill (pacto de espera) por cuatro meses a la espera de un balón de oxígeno del Gobierno, que parece haberse comprometido a ofrecer viabilidad a largo plazo a las radiales. Este colchón coincide con el tiempo que separa al vencimiento de la deuda (27 de julio) del 20 de noviembre en que han sido fijadas las elecciones generales. La pelota, por tanto, está en el tejado del Ministerio de Fomento.

El establecimiento de un standstill suele incluir mecanismos de decisión y voto entre los bancos acreedores y acuerdos para no presionar sobre el pago de la deuda. El hecho es que Ferrovial y sus socios están en la posición de no inyectar más fondos propios a una autopista a la que el primer accionista ha dedicado en torno a 220 millones de equity, unos 80 millones más de lo inicialmente previsto, según fuentes cercanas a las negociaciones.

La autopista viene alcanzando el 35% del tráfico esperado y sus ingresos (19,9 millones en 2010) no cubren la factura de unos 32 millones al año que debe atender solo en intereses.

Desde el entorno de Fomento aseguran que se están debatiendo nuevas medidas para facilitar el reequilibrio económico-financiero de las autopistas radiales. Y es que las concesionarias y sus acreedores financieros ven claramente insuficiente la cuenta de compensación que entró en vigor en enero de 2011 con un límite de tres años. A través de este mecanismo, las empresas reciben cada ejercicio la diferencia entre los ingresos por peajes que habrían facturado de alcanzarse el 80% del tráfico previsto en el plan económico de la concesión y la cifra real de negocio.

A falta de que sean anunciados nuevas ayudas al sector concesional, las propias empresas piden que se extienda el plazo de las cuentas de compensación a 20 años, con el fin de ofrecer garantías a la banca en los procesos de refinanciación.

En poco más de un año será Abertis, primera accionista de la concesionaria Accesos de Madrid, la que se enfrentará al vencimiento de deuda de las radiales 3 y 5. El préstamo es de 600 millones y a la compañía (tiene el 35% del capital) ya le costó llevar el plazo de amortización desde mediados de 2010 a octubre de 2012. En el accionariado también figuran Sacyr (25,2%), Globalvía (20%) y ACS (19,7%).

Fuente: Sr  Javier F. Magariño – Madrid – 12/08/2011 – diacio cinco días digital