El pasado domingo nos encontramos con una noticia muy mala para el tejido empresarial malagueño, y no es otra que el posible cierre de la firma «sogecam» , noticia publicada en el diario sur de Málaga, y por la que nos informa que la firma en concurso de acreedores tiene mucha probabilidad que acabe cerrando sus puertas. Hasta el pasado mes de febrero, la firma gozaba de unos rating muy favorables, las principales aseguradora de crédito de este país estaban asumiendo riesgo comercial sobre la misma, algunos proveedores van a tener suerte y serán indeminizados, pero aquellos que no disponían de seguro de crédito acabarán con una merma en su cuenta de resultados.
La fábrica de contadores eléctricos, que entró en concurso de acreedores el pasado 28 de marzo a raíz de la paralización de pedidos por parte de su principal cliente, Iberdrola, terminará sus últimos encargos en junio y si no recibe pronto otros nuevos se verá abocada a la liquidación y a la presentación de un ERE extintivo para todos sus trabajadores. Así lo confirman desde la administración concursal de la sociedad.
El origen de los apuros financieros de Sogecam es la congelación, por parte de Iberdrola, de los pedidos que generan más del 70% de la producción anual de la fábrica. La compañía eléctrica, que además de cliente es accionista de Sogecam (con un 10% de su capital), tiene distintos proveedores de contadores a los que adjudica encargos mediante licitaciones anuales. El último de estos concursos se celebró en otoño del año pasado y, según el comité de empresa de la fábrica malagueña, ésta quedó «en situación ventajosa» ya que su precio era el más competitivo. De hecho, en la planta se confiaba en obtener pedidos por valor de 28 millones de euros. Sin embargo, esos pedidos no se han llegado a materializar y, visto el riesgo consecuente de insolvencia, este mes de enero los responsables de la fábrica tuvieron que presentar una declaración de preconcurso ante el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Málaga, que ha acabado desembocando en concurso de acreedores. La deuda de Sogecam alcanza los 13 millones de euros y está repartida en su mayor parte entre bancos y proveedores.
Según la administración concursal de Sogecam, la razón que Iberdrola ha aducido para no haber adjudicado ningún trabajo a la empresa malagueña es su situación de insolvencia. Sin embargo, este argumento choca con la lógica, ya que el concurso se celebró a finales del año pasado, cuando la empresa aún no tenía problemas financieros. Este periódico intentó ayer recabar la versión de la operadora eléctrica sin éxito.
El presidente del comité de empresa de Sogecam, Francisco Valiente, denuncia que el empleo «de 52 trabajadores directos y más de 100 indirectos se ve pendiendo de un hilo». «Los empleados viven angustiados porque su futuro se torna incierto. La poca carga de trabajo que queda es la de clientes minoritarios y sólo darán trabajo hasta finales de junio», lamenta el representante sindical.
Los representantes de los trabajadores dirigen sus reivindicaciones a Iberdrola, para que «realice los pedidos que ha paralizado manteniendo el empleo en esta empresa malagueña». «Le pedimos que se comprometa con la industria española, ya que los otros proveedores de los que dispone para la fabricación de estos contadores tienen sede en España pero fabrican en el extranjero», afirman. «Sogecam oferta el producto al menor precio con fabricación 100% en Andalucía», añaden.
Próximamente está previsto celebrar un consejo de administración en el que los consejeros de Sogecam Industrial S.A. –incluido el que representa a Iberdrola– deberán decidir el destino de la compañía: si intentan alcanzar un acuerdo con los proveedores para continuar la actividad o si se liquida la sociedad y se despide a todos sus trabajadores.
Sogecam Industrial fue fundada en 2007 con el objeto de fabricar contadores eléctricos de nueva generación. Nació ya con Iberdrola como principal cliente y accionista, puesto que la instalación de contadores inteligentes era una prioridad estratégica para la compañía eléctrica. El año pasado, la fábrica hizo relevantes inversiones en I+D con el fin de adaptar sus productos para la exportación y diversificar así su negocio. Pero la ‘espantá’ de Iberdrola antes de que haya podido acceder a otros mercados ha dado al traste con este plan